sábado, 30 de marzo de 2013

Nuevo comienzo...Indalus.



Cuantos cambios, y tan juntos en el tiempo…La verdad es que me hacen sentir un poco de vértigo.

Hace apenas 15 días que nació nuestra hija, Marina. Fue concebida a bordo del Valparaiso, en un fondeo precioso en una cala de Ibiza. Nos acompañó en la travesía a Cerdeña sin nosotros saberlo, y en la travesía de vuelta a casa, esta vez ya sabiendo que íbamos 3 a bordo.

Dos días después de nacer, cerramos la compra del que va a ser en breve nuestro hogar…El Indalus, un Furia 37.
Se trata de un modelo de barco muy habitable, muy cómodo, con una calidad de construcción muy buena y robusta, unos cadenotes de impresión, y que ha demostrado su buen hacer en navegaciones de altura y en circunnavegaciones.





El nuestro en concreto, lleva varios años bastante dejado, ha sido más una casa que un barco, y se nota que necesita que le devuelvan la vida en lo que a navegación se refiere. Nuestro propósito es vivir a bordo, al tiempo que lo acondicionamos para volver a navegar.

Iré contando aquí las mejoras, cambios, etc., así como las travesías que con el tiempo volveremos a realizar.

sábado, 9 de marzo de 2013

Termina un ciclo, comienza uno nuevo. ¡Hasta siempre amigo!



Hoy cerramos una etapa de nuestra vida. Hoy he vendido algo: mi amigo, mi compañero, mi sueño, un pedacito de mi vida, un pedacito de mi mismo y de Ali. Hoy he vendido el Valparaíso.

Lo vendo con una gran pena, porque son muchos los sentimientos y las experiencias vividas en él, con él y por él.
Al mismo tiempo, lo vendo con alegría, porque el Valparaíso ya ha cumplido su papel para con nosotros, y nosotros para con él. Nos ha enseñado a navegar, a conocernos y a conocer la mar, a amar la mar y la vida a bordo.

Y es por ésto, y porque está a punto de nacer nuestra hija Marina, que hemos decidido que esta etapa tocaba a su fin. Pero no para alejarnos del mar y de los barcos, no…

Hemos decidido que queremos vivir a bordo, navegar, preparar un barco para travesías de altura al mismo tiempo que vivimos en él…y siendo 3 a bordo, como seremos en pocos días, el Valparaíso se nos quedaba pequeño.

Por esto, y solo por esto, decidimos venderlo. Espero que sus nuevos armadores lo disfruten tanto como nosotros, que vivan experiencias tan gratificantes como las que nosotros hemos vivido en él.

Hasta siempre amigo mío, siempre tendrás un pedacito de mi alma entre tus varengas. Yo te devolví la vida…pero tú nos enseñaste como VIVIR siguiendo a nuestro corazón.
Tus velas han sido alas para nosotros, y gracias a ti, hoy miramos hacia nuevos retos y horizontes.

¡Buena proa Valparaíso!