Estamos de nuevo en Mallorca, fondeados en Cala Guya, una
amplia cala-bahía con unas aguas espectaculares, transparentes y llenas de
vida. El fondo es de arena clara, donde agarra el ancla perfectamente.
Preferimos este tipo de fondeadero, amplio y poco atestado
de barcos, a las calas más estrechas, que suelen estar superpobladas de barcos
fondeados.
En esta cala se ven multitud de especies marinas: crías de raya patrullando la arena en busca de alimento, palometas (he pescado una…mi primera captura!), lubinas, salmonetes, caracolas, etc.
Ayer aprovechamos el viento F3 del S para saltar de Cala
Trebeluja, en Menorca, hasta aquí, en una ceñida tranquila de unas pocas
millas, 25 o 30 creo.
Dejamos Menorca casi sin haberla visto, ya que por felices
circunstancias, tenemos que adelantar nuestra vuelta a casa unos días.
Tan solo hemos fondeado en Maó, que resulta un muy buen
sitio para recuperar energías después de una larga travesía, y en Cala
Trebeluja, preciosa y muy salvaje, con acceso por tierra limitado, pero
frecuentada bastante por mar. Tanto es así, que el día que llegamos, estaba
abarrotada, aunque después quedamos unos pocos solamente para dormir.
Ahora tenemos intención de ir ganando Sur cuando el viento
nos sea favorable, para pasar por Ibiza antes de arrumbar a casa.
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