Después de algunos años de navegar en otros barcos, de aprender lo básico, de compartir experiencias con amigos, en Abril de 2010 decidí que iba a lanzarme a por mi sueño...Me llevó un par de meses encontrar al Valparaiso, un Colvic Sailer 29, que habían mimado y cuidado hasta entonces, pero que por circunstancias que no vienen al caso, tuvo que cambiar de armador.
Se trata de un barco sólido, estable, noble cuando sube el viento, y que transmite seguridad, al menos a mi y a Aly.
Como la gran mayoría de los que navegamos, yo tampoco soy rico, así que tomé una decisión importante: dejaba mi piso de alquiler y me compraba el barco, que sería al mismo tiempo mi casa y mi ocio, la fuente de mis alegrías y de mis penas...
En Junio de 2010 lo compré en Mallorca, y con un par de amigos (gracias Carlos y Manu) lo trajimos hasta Valencia.
He tenido la inmensa suerte de que a Aly le gusta tanto como a mi, y juntos hemos ido cogiendo soltura con el barco, realizando travesías maravillosas.
Con él hemos navegado durante un año y pico, aprendiendo a conocernos uno al otro. Nos ha llevado a sitos maravillosos, nos ha dado seguridad en la mar, enfrentándonos juntos al buen y al mal tiempo.
A cambio, le hemos mimado, cuidado, mejorado en algunos aspectos, quedando todavía muchas más mejoras que hacerle.
Puede resultar extraño, pero en este tiempo ha nacido en mi algo parecido al amor...Si, creo que quiero a mi barco...no es solo un barco, sino que es parte de mi, de mi vida, de mi manera de entender la vida...
No concibo mi vida si no es ligada a la mar, a mi barco...
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