Hoy cerramos una etapa de nuestra vida. Hoy he vendido algo:
mi amigo, mi compañero, mi sueño, un pedacito de mi vida, un pedacito de mi
mismo y de Ali. Hoy he vendido el Valparaíso.
Lo vendo con una gran pena, porque son muchos los
sentimientos y las experiencias vividas en él, con él y por él.
Al mismo tiempo, lo vendo con alegría, porque el Valparaíso
ya ha cumplido su papel para con nosotros, y nosotros para con él. Nos ha
enseñado a navegar, a conocernos y a conocer la mar, a amar la mar y la vida a
bordo.
Y es por ésto, y porque está a punto de nacer nuestra hija
Marina, que hemos decidido que esta etapa tocaba a su fin. Pero no para
alejarnos del mar y de los barcos, no…
Hemos decidido que queremos vivir a bordo, navegar, preparar
un barco para travesías de altura al mismo tiempo que vivimos en él…y siendo 3 a bordo, como seremos en
pocos días, el Valparaíso se nos quedaba pequeño.
Por esto, y solo por esto, decidimos venderlo. Espero que
sus nuevos armadores lo disfruten tanto como nosotros, que vivan experiencias
tan gratificantes como las que nosotros hemos vivido en él.
Hasta siempre amigo mío, siempre tendrás un pedacito de mi
alma entre tus varengas. Yo te devolví la vida…pero tú nos enseñaste como VIVIR
siguiendo a nuestro corazón.
Tus velas han sido alas para nosotros, y gracias a ti, hoy
miramos hacia nuevos retos y horizontes.
¡Buena proa Valparaíso!
No hay comentarios:
Publicar un comentario